Mientras estaba dormida (o drogada, o borracha, ya no sé qué me pasa) me di cuenta de dos pequeños detalles (dos o más, qué coño): ¿Cuánto tiempo llevo sin tener pesadillas? Se suponía que tenía pesadillas... muchos días x_x alguna vez seguidos. Y daba miedo. Mucho. Segunda cosa: ¿Cuánto tiempo llevo sin llorar? Puntos suspensivos... Vale. Fuera coñas. Lo acabo de recordar.
Frustra mucho muchas cosas... muchas cosas que cambian. Muchas cosas que tú pensabas que sí pero al final son un no y descubres que tal vez Y SOLO TAL VEZ, las cosas van mejor PERO QUIÉN SABE si las cosas volverán a cambiar... si tendrás que cambiar de amigos, de ciudad, de pensamiento...
Anteayer cuando iba caminando después de clase me pregunté ¿Y yo sería más feliz si hago Filología Hispánica? Filología Hispánica... Filología Hispánica ¿HOLA? Después de eso todo fue un cacao mental hasta... hasta ahora mismo.
Recuerdo la película "Las ventajas de ser invisible". Una de mis películas favoritas, sin duda. Me quiero leer el libro por lo mucho que empaticé con esa peli. Charlie dice frases demasiado bien verdaderas.
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Y la parte en la que se dice a sí mismo "Charlie, no llores. No llores, por favor. Charlie... no llores" me mató. Y lo peor es que esta mañana me lo he tenido que decir a mí misma.
No soy valiente. Estoy más muerta del miedo de lo que la gente piensa... sé lo que quiero pero ESTOY CAGADA. ¿De qué sirve el "carpe diem" si todo acaba yéndose? ¿De qué sirve escribir miles de cosas para luego tener la necesidad de cambiar? Miles de cosas que nadie va a leer... o eso creo, o sí, o no, no lo sé.
Cuando tienes alrededor a todas las personas que quieres, ¿nunca te has preguntado: "oye, ¿lo estoy haciendo bien?"? y cuando alguien te abraza "¿Por qué yo? No soy más que una persona más en todo el mundo... una persona, además, muy rarita" Y cuando por fin te das cuenta de que te quieren de verdad "¿Me... quieren... a mí...?" Y cuando miras el pasado y ves todo un mal desenlace dices "No... no quiero que pasen cosas malas... Tengo miedo. Mucho." Y al final de todo eso, cuando estás en tu casa abrazando la almohada como un peluche dices "En realidad... esas personas son más importantes de lo que ellas piensan..." Y tus sentimientos crecen... y van más en serio a la vez que el miedo a perderle...
Te despiertas al día siguiente y ves Instagram. Subes un par de fotos de recuerdo de un día genial (más genial del que la gente piensa... no puedo evitar sonreír al ver las fotos ¿VALE?) y ves más fotos de la gente. Unos también celebran Halloween con la gente que quiere y le das like por el simple hecho de ver que esas personas son felices... sonriendo. Por el contrario, otra gente (la cual ya apenas te hablas, más que nada por necesidad) encuentra la felicidad en una cajetilla de tabaco o en una botella de alcohol y te preguntas "¿Es así de diferente la felicidad de la gente o es que alguien de los dos bandos se está equivocando?" Más tarde te encuentras con el ask de una chica y dices "¿Por qué? ¿Por qué la gente puede llegar a ser tan gilipollas?"
Después de todo eso abres el ordenador por necesidad de escribir y desahogarte... encontrar un espacio en el que escribir. Necesitaba escribir... y necesito escribir más cosas pero me contengo. Tan psicópata no soy.
Si he explotado un poco es porque por alguna extraña razón estoy emocionalmente inestable, porque me doy cuenta de cómo son las personas y, peor aún, de lo que dice mi corazón el cual lleva discutiendo con mi cabeza desde hace... desde siempre x_x Victoria y Vicky son personas muy diferentes... eso sí, callan mucho. Y lo peor de todo, pase lo que pase... son MUY sensibles.
Porque no es justo que quieras a gente que está lejos, que la gente de tu pasado te eche la culpa de todo, que no sepas qué hacer en el futuro y forzarte a callar por miedo a que te vuelvan a hacer daño.
Miro fotos, recuerdos por mi habitación, pensamientos... Esto me gusta demasiado. Mierda... qué tonta soy.
YA PAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARO
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